Reseña
El caso de la doctora Hilda Molina ha adquirido, en los últimos años, una relevancia que excede el marco de las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Argentina para instalarse como parte de una agenda internacional en la que varios Estados tomaron cartas en el asunto. En este testimonio valiente, Hilda Molina relata en detalle el largo camino que la transformó en una científica internacionalmente reconocida. A lo largo de más de seis décadas, es imposible dejar de advertir la constante tensión entre la adhesión al régimen castrista y su profunda fe católica; entre el deber para con su patria y una vocación que se manifestó desde la infancia; entre la añoranza de su tierra natal y el amor incondicional a su familia.
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